La huella digital de una entidad
La huella digital es, técnicamente hablando, el rastro digital que dejamos cada vez que interactuamos, respondemos o publicamos algún contenido desde nuestro perfil en las diferentes plataformas. Para una entidad, ya sea una empresa privada, pública, asociación o lo que sea, su presencia digital, su rastro o huella en el mundo virtual es fundamental.
Todos corremos el riesgo de que, antes de contactar con nosotros o responder o simplemente considerarnos como proveedores o futuros clientes, cualquiera puede rastrear lo que vamos dejando en el mundo digital. Esto incluye también la IA, con las cortapisas que tienen estos motores generativos de contenidos a su vez.
Por estas consideraciones y por otras causas más como es la imagen corporativa, cualquier entidad, por pequeña que sea, debe plantearse tener una página web que, sin necesidad de ser compleja ni de posibilitar múltiples interacciones, sea capaz de representar dignamente a dicha entidad, profesional u asociación. Atrás quedaron las páginas web complejas, con grandes inversiones y complejos sistemas de compra. Ahora, todas estas acciones se realizan a través de las rede sociales, por lo que no se necesitan grandes inversiones, pero sí una mínima inversiones como carta de presentación de la organización.
No es necesario grandes sistemas, simplemente quien soy, qué hago, qué vendo o presto, y los elementos de comercialización y contacto. Por supuesto, dichos canales deben funcionar. El cliente digital es muy exigente, además, puede dejar un comentario negativo en cualquier plataforma (es imposible controlarlas todas) y restarte negocio.
Antes que comenzar a abrir perfiles en redes sociales de la entidad, más difíciles de gestionar y mantener, el primer paso es una página web sencilla, clara y actualizada. Sin más. Y esto nada mejor que encargarlo a un profesional, no al típico familiar o amigo que se le da bien. En este momento, hay multitud de empresas que ofrecen estos servicios de forma muy económica y subvencionada por diversas líneas estatales y europeas.
Los riesgos de no contar con una página web adecuada son múltiples: Desde mala impresión tanto para clientes y futuros clientes como hacia los proveedores, cierta dejadez y falta de profesionalidad o la incapacidad de destacar en la jungla digital.
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